La misión en la Universidad se vuelve un imperativo por varias razones primero, pienso en el mandato de Jesús de llevar el evangelio a todas las naciones y esto lo encontramos en los evangelios. Segundo el campus universitario es un espacio de formación profesional por lo cual es este una geografía estratégica para alcanzar a los futuros profesionales del país. Tercero pienso en la decadencia de la educación en todas sus áreas, en lo curricular pero también en lo didáctico, en lo contextual y también el lo disciplinario.
No creemos que el evangelio tenga un recetario específico para resolver cada uno de estos problemas, ni la panacea de todos los males… pero, sí, el evangelio que transforma la mente de las personas a fin de que estas tengan una incidencia bajo la perspectiva de servicio, honestidad, confiabilidad, ética y mucho esfuerzo para ser cada día más profesionales a fin de servir mejor a la sociedad. Creemos en el evangelio que pone a los pies de Jesús todas las áreas de lo creado; y a los humanos como administradores.
La misión en la universidad tiene tantas razones para realizarla que no puede ser producto de sentimientos particulares o proyectos proselitistas que buscan adeptos a sus congregaciones para tener más voces y así cantar en la congregación, o de algún revanchismo para medir poder de convocatoria y llenar la “concha acústica” u otro lugar, pero tampoco de proyectos irresponsables de iglesias que por tener en sus cuentas mas ministerios se meten a la universidad sin ninguna preparación ni conocimiento estratégico y terminan confundiendo en torno a la fe y el evangelio. La misión en la universidad debe responder al llamado de Dios de crear la nueva humanidad, aquella que se somete al señorío de Jesucristo y vive en función de su voluntad.
La misión en la universidad debe también ser a menudo discutida y actualizada para poder así responder con el evangelio a las necesidades reales del mundo estudiantil pero también, de toda una sociedad carente de coherencia entre fe y práctica, entre profesionalidad y ética, áreas que solo por la irresponsabilidad se pueden separar. Solo puede recordar ahora las palabras de Saulo de Tarso, que me parecen que son preguntas que debemos hacernos a diario: “¿Quién eres Señor” …. ¿Qué quieres que haga?, preguntas que nos lleven a encontrarnos con lo que creemos y con lo que hacemos, y después de reconocer nuestra ceguera encontraremos a un Ananías que nos abra los ojos y nos explique el camino por donde debemos recorrer… que importante es para ahora Pablo reconocer la necesidad de ser conducido, después de ser un gran docto ahora debe someterse a los lineamientos de sus perseguidos. Encontraremos en este pasaje muchas explicaciones pero solo quiero en el destacar la necesidad de la constante búsqueda de ser fieles al evangelio y para ello estar dispuestos a hacer cambios y dejarnos conducir… que Dios en su inmensa fidelidad nos conduzca a diario con su Espíritu, nos ilumine con su Palabra y nos anime por medio de la comunidad.
Que encontremos nuevos caminos para hacer la misión y que la Universidad cada día puede ir evidenciando las obras del Reino de DIOS…
Tampoco creo agotar las razones para hacer la misión en la universidad…
Eliberto Juárez
Secretario General
Movimiento Universitario Cristiano
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